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Medio ambiente

Tráfico y domesticación ponen en riesgo a aves salvajes

El guacamayo guaruba es una de las víctimas del comercio ilegal
Fabíola Sinimbú - Reportera de Agência Brasil
Publicado en 29/05/2025 - 09:23
Agência Brasil
Belém (PA) 19/02/2025 - Araras Guaruba Guarouba do projeto Ararajuba. Foto: Fabíola Sinimbú/Agência Brasil
© Fabíola Sinimbú/Agência Brasi

El guacamayo guaruba (Guaruba guarouba), conocido en Brasil como ararajuba, se caracteriza por su plumaje amarillo brillante con alas verdes, lo cual, junto a su rareza y docilidad, lo hace un blanco atractivo para el tráfico de fauna silvestre.

En Belém, en el Parque de Utinga, dos ejemplares, una hembra y un macho, aguardan en la pajarera el momento de volar para reunirse con otro medio centenar de aves rehabilitadas y liberadas por el Proyecto Ararajuba, aunque esto talvez no ocurra. "Algunos tienen orígenes complicados por haber sido capturados y terminan domesticándose; no vuelan perfectamente y muestran comportamientos incompatibles con la vida en libertad", explica Marcelo Rodrigues, biólogo de campo del proyecto.

Belém (PA) 19/02/2025 - Marcelo Rodrigues, biólogo de campo do projeto Ararajuba. Foto: Fabíola Sinimbú/Agência Brasil
Belém (Pará) 19/02/2025 - Marcelo Rodrigues, biólogo de campo del proyecto Ararajuba. Foto: Fabíola Sinimbú/Agência Brasil.

Al aproximarse al área restringida destinada a mantener a las aves alejadas del o humano, uno de los guacamayos intenta interactuar con el biólogo. Sin embargo, el experto señala que este comportamiento pone en peligro la vida de estas aves. "Deben perder el hábito de acercarse a los humanos; de lo contrario, podrían ser recapturadas".

Durante su estancia en la pajarera del proyecto, además de mantenerlas alejadas de los humanos, solo se les alimenta con fruta autóctona.

Estos dos guacamayos son víctimas de la captura, tenencia irresponsable y tráfico de animales salvajes, que afectaron a cerca de 13 millones de ejemplares de fauna y flora en 162 países entre 2015 y 2021, según el Informe Global sobre Delitos contra la Vida Silvestre.

Marcelo Oliveira, especialista en conservación de WWF-Brasil, señala que la disminución de las poblaciones de animales salvajes es fenómeno que se observa desde hace décadas. "Las especies de fauna son fundamentales para el mantenimiento de bosques, ríos, campos y otros ecosistemas que aseguran la estabilidad climática del planeta. La eliminación de animales y su confinamiento lejos de su hábitat natural contribuyen a este proceso", advirtó.

Nueva amenaza

El Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de Recursos Naturales Renovables (Ibama) ha revelado que muchos animales son capturados de sus hábitats naturales debido a una creciente tendencia entre jóvenes en redes sociales de publicar fotos con animales incomunes. "Los jóvenes brasileños, especialmente la generación conectada a redes sociales, son actualmente los principales compradores de animales salvajes como mascotas. Buscando originalidad y visibilidad digital, se sienten atraídos por especies exóticas", señala Graciele Gracicleide Braga, coordinadora general de Gestión y Seguimiento del Uso de la Biodiversidad Faunística y Acuática de la agencia federal.

El guacamayo guaruba, por ejemplo, es endémico de Brasil y habita en un territorio que incluye partes del estado de Pará y pequeñas áreas de los estados de Maranhão, Amazonas, Rondônia y Mato Grosso. Actualmente, está clasificado como especie en peligro de extinción.

Belém (PA) 19/02/2025 - Arara Guaruba Guarouba do projeto Ararajuba. Foto: Fabíola Sinimbú/Agência Brasil
Guacamayo guaruba. Muchas de estas aves son sacadas de su hábitat natural por jóvenes en las redes sociales. Foto: Fabíola Sinimbú / Agência Brasil

Además, proyectos como el de Belém buscan restablecer la población de estos animales en regiones donde ya se habían extinguido. Según los centros de detección de animales salvajes del Ibama, solo en 2023, más de 30.000 animales salvajes de diversas especies fueron liberados tras someterse a rehabilitación.

Para concienciar sobre los efectos negativos de tener animales en entornos domésticos, Ibama y WWF-Brasil han lanzado la campaña "Si no es libre, no me gusta".

Bráulio Dias, director del Departamento de Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, señaló que la presencia de estos animales en hogares incrementa la demanda de especies de la fauna brasileña, lo que impulsa el tráfico y agrava los impactos sobre la biodiversidad. "Es fundamental distinguir entre animales salvajes y domesticados, y destacar que el bienestar de la fauna está directamente vinculado a su permanencia en su hábitat natural", afirmó.

Además de la campaña, Ibama dispone de un canal para denuncias anónimas de prácticas ilegales, accesible de manera gratuita a través de la Línea Verde en el 0800 061 8080.